En el marco del acuerdo de colaboración con el Consello da Cultura Galega, el pasado 4 de marzo, de 2022, se llevó a cabo la jornada: “Situarnos: o poder dos museos”. El encuentro reunió en el auditorio del Consello da Cultura Galega ( CCG) una parte representativa de las instituciones museísticas gallegas, así como representantes políticos del campo de la cultura, asociaciones, artistas y curadores. La sesión fue presentada por la presidenta del Consello da Cultura Galega, Rosario Álvarez, y moderada por las coordinadoras: Susana González, comisaria y directora de la colección de arte Fundación María José Jove, Encarna Lago y Agar Ledo, miembros de la Comisión Técnica Temporal de Gestión y Política Cultural del CCG.

En la sesión de la mañana tuvo lugar el seminario práctico “Pensar o museo”, con la presencia de Manuel Borja- Villel, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ( MNCARS). 

Invitado para reflexionar y establecer un diálogo con el contexto gallego a propósito de la complejidad de la institución museo hoy y de la posibilidad de encontrar vías de trabajo alternativas la aquellas pensadas en el albor de las políticas culturales de la transición, Borja- Villel estableció tres bloques desde los que abordar las problemáticas imperantes. Gobernanza, Recursos humanos y Redes de colaboración fueron los temas que vertebraron sus intervenciones, con turnos intermedios para que los asistentes aportaran opiniones derivadas de su experiencia y posibles vías de actuación para el futuro. Borja- Villel destacó las problemáticas derivadas de la falta de gobernanza, que afecta de una manera decisiva al tejido museístico, y explicó las excepciones del Museo Reina Sofía y del Museo de él Prado, cuya autonomía deriva de una ley redactada a la medida para posibilitar una mayor capacidad de decisión. Puestas sobre la mesa estas cuestiones, alertó de un grave problema de libertad de creación y de guerra cultural. Habló de la dimensión de “museo situado”, con un papel decisivo dentro del programa del MNCARS y que tiene como finalidad repensar la institución desde el lugar geográfico que ocupa, en su caso el barrio de Lavapiés, un área de la ciudad afectada por el desplazamiento de población migrante y por el agresivo proceso de gentrificación en el que se vio envuelta en los últimos años. En este sentido, señala la importancia de operar globalmente desde ese contexto local. Como necesidad de tomar posición con relación a lo que acontece de puertas afuera del museo, citó el apoyo que el MNCARS manifestó a comunidades y centros autogestionados que posibilitó, dentro del llamado Paseo de él Arte de Madrid, generar una nueva relación con la ciudadanía. 

De cara al turno de los asistentes, Borja- Villel instó a reclamar el espacio perdido desde la Transición, que fue devorado por las estructuras burocráticas. Habló de recuperar el tiempo, la agencia –para que el espectador no sea solo espectador, para que recupere el lugar– y también recuperar las voces. Para eso propuso, frente a la disciplinariedad moderna y la interdisciplinariedad posmoderna: la extradisciplinariedad, mudar el glosario, generar performatividad, entender el mundo como mundo en diáspora y reforzar desde la línea del museo situado, la idea del museo en relación. Quebrar las estructuras para que el museo pueda ser penetrado por lo que está fuera. Y, de esta manera, estableció la necesidad de poner en relación lo privado, lo público y lo común, entendiendo la cultura como un derecho y los museos como custodios de lo común. Y según un modelo de museo sostenible, igualitario e inclusivo, un servicio público que trabaje con la comunidad, que incorpore modelos reales de participación y que forme parte de uno amplio ecosistema en el que convivan modelos y contramodelos. 

La apertura del turno de réplica dejó a cielo abierto la falta de una estructura global que agrupe el tejido museístico y la necesidad de un plan común de actuación. Se evidenció la falta de políticas museísticas y culturales, así como la escasa autonomía de las instituciones -de las políticas y de las culturales- a la hora de manejar sus presupuestos, y se hizo hincapié en la imposibilidad de contratar recursos humanos, procesos muy precarizados y que son la base para la producción del conocimiento y la activación de canales de colaboración que permitan establecer diálogos entre lo dentro y fuera de los museos. La inexistencia de un horizonte laboral dentro de las instituciones culturales se evidencia en el envejecimiento del sector, la ausencia de relieve generacional y en la escasa participación de gente joven en los debates. Se reclamó también la necesidad de, en un contexto de alta dispersión geográfica como el gallego, trabajar en la articulación de una red desjerarquizada que incorpore los museos municipales frente al plan centralizador imperante. 

Las conclusiones extraídas de esta sesión, junto con el análisis hecho de la conversación que bajo el título: “Instituciones alternativas”, tuvo lugar entre Manuel Borja- Villel y Santiago Olmo, director del Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC), se resumen en una propuesta de actuaciones progresivas que incidan en la adaptación del sector y de las estructuras a un marco social, ambiental, político o económico que supere las políticas culturales de la autonomía.Y entre las posibles acciones se enumeran las siguientes:

• – Reactivar los procesos de incorporación de personal a los museos de distintas titularidades. 
• – Repensar el papel del Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC), museo nacido en esa eclosión de estructuras culturales ligada a las políticas culturales de la autonomía, disfuncionales en el presente. 
• – Crear redes de colaboración de los museos y otros organismos de investigación para promover el intercambio de conocimiento y de personal entre instituciones. 
• – Promover una estructura de representación y coordinación de los museos gallegos que promueva redes de colaboración supranacionales y interestatatales.

Lugar
Consello da Cultura Galega. Santiago de Compostela

Fecha
04/02/22

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